miércoles, 19 de abril de 2017

MUSEO REGIONAL DE ANTROPOLOGÍA CARLOS PELLICER CÁMARA







Cuatro cantos en mi tierra








Un breve recorrido...                                                                     
Villahermosa, Tabasco, México.


... para nosotros los mexicanos, la vida antigua de México expresada solamente a través del arte, tiene un valor enorme: como satisfacción de belleza y motivo de orgulloso de estímulo. Es la raíz más honda de la nacionalidad y estamos obligados a conservarla en todo momento.

Carlos Pellicer 
en Parque Museo De La venta 1955

En primer plano- Homenaje al General Francisco J. Mújica (1884-1954) a cien años de su trascendente gestión como Gobernador del Estado de Tabasco. Al fondo, el poeta de América- Carlos Pellicer Cámara.


. . .


Extraordinaria escultura que rompe con los cánones del estilo olmeca, por la posición de la cabeza mirando hacia arriba. Esta figura compuesta combina un cuerpo humano con rasgos sobrenaturales tales como la hendidura en la frente, posibles cejas en forma de flama y colmillos y la boca entreabierta, al igual que una especie de cola bifurcada en la espalda.

Tipo: Escultura en piedra, Monumento 11
Cultura: Olmeca
Procedencia: finca de San Vicente, Huimanguillo, Tabasco.
Periodo: Preclásico 1200 a. C.  100 d. C.







Alto: 93 cm.
Ancho: 72 cm.
Espesor: 81 cm.


Esta bella escultura femenina, es una clara representación de la importancia que tenía el aspecto y arreglo cultural en las culturas precolombinas. Fue concebida para ser colocada como ofrenda en una “tumba de tiro” en el occidente de México.

Tipo: Escultura de barro
Procedencia: Cultura de tumbas de tiro. Nayarit.
Periodo: Clásico temprano. 200 a. C.  600 d. C.




Alto: 45 cm.
Ancho 23 cm.
Espesor: 13 cm.


Tipo: Escultura en barro
Procedencia: Cultura del altiplano central
Preclásico 1200 a. C

Alto: 36 cm.
Ancho: 18 cm.
Espesor: 8 cm.



Este tipo de esculturas se asocian con los cultos a la fertilidad de la tierra o de la mujer.


Acróbata maya, quien fue fielmente retratado apoyándose en una base cubierta con una manta o piel. El escultor no dejó escapar detalles del contorsionista, quien logra levantar el torso y las piernas sobres sus brazos cruzados y pecho.
Modelado en estuco sobre una piedra caliza que presenta incrustaciones de concha.




 Alto: 75.5 cm.
Ancho: 46 cm.
Espesor: 16 cm.
Estela, escultura, estuco sobre piedra caliza.
Procedencia: El Bellote, Paraíso, Tabasco.
Periodo: clásico.



Arriba a la izq.
Tipo: Urna de barro
Cultura: Zapoteca
Periodo: Clásico 100-900 d.C.







En Mesoamérica, los hombres y mujeres que se dedicaban al servicio de los dioses a través del sacedorcio tenían un alto rango; podemos reconocerlos gracias a las características particulares que exhiben en su vestuario y ornamentación coporal.

Deidad Xipe- Tlazolteotl
Precedencia: Cultura de remojas. Centro de Veracruz.
Periodo: clásico 100- 900 d. C.


Tipo: Rostro modelado en estuco
Precedencia: Palenque, Chiapas
Periodo: 100- 900 d. C.

K’ Ujul  Ahau señor divino o gobernante, encarnando la tierra y el eje del mundo con su cuerpo sentado sobre la cabeza de un lagarto o deidad del inframundo, y sobre su cabeza tiene un tocado de ave que simboliza al dios celeste Itzamná.

Este objeto expresa la responsabilidad social del gobernante, como intermediario entre los dioses y los hombres, para garantizar el sustento alimenticio de la población bajo su reinado.

Tipo: Portaincensario o urna conocida como Dupeyron.
Cerámica moldeada y pastillaje.
Cultura: Maya
Periodo: Clásico (200-900 d. C.)
Procedencia: Teapa, Tabasco.





Arriba izquierda: Glifo Maya.
Procedencia: Palenque Chiapas.
Periodo: Clásico 200- 900 d. C.

Alto: 13 cm.
Ancho: 14.5 cm
Espesor: 3.5 cm

Arriba derecha: Dios gordo.
Cultura: Maya.
Procedencia: Isla de Jaina, Campeche.
Periodo: Clásico tardío 600-900 d. C.














El sol y la luna, el aire y el fuego, la tierra y el agua, fueron divinizados. El hombre los adoró con temor y gratitud, y dentro de la pequeña caja cerebral, comenzó a caber el Universo.
Carlos Pellicer
en Parque Museo De La Venta, 1955.

Es tan jaguar el sol, que pasa silencioso. Las horas son las manchas de su piel. Y en el hombre un tragaluz se abre para poder hablar.
Carlos Pellicer
en Teotihuacán, 1964.

… el maestro don Alfonso Caso, seleccionó personalmente lo referente a la cerámica de Monte Albán y el arqueólogo Rafael Orellana me favorecía con trabajo de índole cedularia.
Carlos Pellicer
en discurso de inauguración del Museo de Tabasco, 1951.

La risa y la sonrisa, el rostro severo o cruel. 
La mujer desnuda en la plenitud de su hermosura […]. No recuerdo en la historia del arte nada parecido a esto.
Carlos Pellicer
en está en mi mano, 1972.

Tanta alegría proviene de un pueblo que vivió muy bien, porque el regocijo no es consecuencia de la miseria. La cultura Totonaca de hace mil quinientos años.
Carlos Pellicer 
en las caritas sonrientes, 1972  

Tipo: Esculturas de barro
Procedencia: Cultura tumbas de tiro, Nayarit
Periodo: Clásico 200- 900 d. C.
 




Tipo: Metate de piedra volcánica.
Procedencia: Altiplano Central
Cultura: teotihuacana
Periodo: clásico 100-900 d.C.
Dignatario zoque parado sobre la cabeza de la deidad telúrica conocida como jaguar del inframundo, enmarcado con elementos del agua  (gotas, serpientes, flores de nenúfar pintados de azul, agallas de pescado) y hojas de maíz, como brotes sempiternos de abundancia.
Las serpientes que escoltan al personaje central tal vez estén propiciando una ceremonia ritual de iniciación en el interior de una caverna.


Tipo: portaincensario, personaje sobre cabeza del dios jaguar.
Cultura: zoque.
Procedencia: Tapijulapa, Tacotalpa, Tabasco.
Periodo: clásico 200-900 d. C.
Material: Cerámica moldeada.



Adolescente Huasteco. (Réplica) ca.1960
Piedra tallada y pulida.

Original:
Cultura: Huasteca.
Procedencia: Hacienda El Consuelo, Mpio. Tamuín, San Luis Potosí.
Periodo: Posclásico (900-1521 d. C.)
Actualmente: Museo Nacional de Antropología. (Pieza privada)
Material: Piedra arenisca.















 Las obras maestras del arte plástico precolombino, yacían sepultadas. […] descubrimos en ellas todo un mundo nuevo de la expresión artística, por su profunda originalidad, basada en la libertad con que esos grandes creadores manifiestan su emoción, su habilidad, su observación o su prodigiosa invención personal.

Carlos Pellicer
En Arte de Occidente de México, 1946.










  Escultura cuya función, probablemente tuvo carácter funerario. Por la oquedad que presenta en su cara superior. En dos de sus caras opuestas se puede observar la representación  de perfil de un cráneo humano, en otra de ellas está inscrita la fecha la fecha calendárica “ 4 Ácatl” o caña, y en el último lado se ubican dos figuras humanas proyectadas




en sentidos encontrados y separados por un cráneo.


Tipo: escultura
Procedencia: Altiplano central
Periodo: 900- 1500 d. C.

















                                              

Cabe mencionar que el museo cuenta con salas de exposiciones temporales, salas audiovisuales y una enorme cantidad de piezas arqueológicas, así como estelas de gran tamaño de la cultura maya; también alberga una de las 17 cabezas colosales  y una enorme escultura – Mosaico del Jaguar, de la cultura olmeca. Además cuenta con una reproducción  del códice de Dresde.

CARLOS PELLICER, UN TABASQUEÑO UNIVERSAL

El Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer cámara” se inauguró el 16 de febrero de 1980, aunque su concepción se remonta décadas atrás, cuando Carlos Pellicer se propuso materializar su visión poética del universo a través del patrimonio cultural.
Durante la construcción educativa del México postrevolucionario, el joven Pellicer fue comisionado a parís, en 1925, para estudiar los museos de Europa. A partir de 1943, se consolidó su modelo museológico al ocupar la dirección de Bellas Artes, desde donde organizó muestras arqueológicas en varios estados del país.
El Canto del Usumacinta, su obra poética, lo inspiró en 1952 a integrar el museo del estado, en Villahermosa, y seis años después el Parque Museo La Venta y el Museo de Sitio en Palenque. Su fiebre museográfica culminó en el Museo Arqueológico de la Universidad de Hermosillo, en Sonora (1956), la Casa Museo de Frida Kahlo (1961) y el Museo de Anahuacalli (1964). Prosiguió con una exhibición de sus piezas arqueológicas, colección que donó al pueblo de Tepoztlán, Morelos.
En el sueño poético de una América unida, Carlos Pellicer amalgamó la educación con las expresiones plásticas de nuestra herencia milenaria.   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

MUSEO REGIONAL DE ANTROPOLOGÍA CARLOS PELLICER CÁMARA

Cuatro cantos en mi tierra Un breve recorrido...                                                                ...